Si hay un aroma que me provoca felicidad, es el del Tilo.
Para mí es el olor a tener 6 años, estar en Tandil visitando a mis abuelos, tomando helado de frutilla en una plaza, juntando cucharitas del piso (eran otras épocas) con mi prima.
Lástima que sólo dura, como mucho, un par de semanas...
De todas formas, creo que es suficiente. Como con el resto de las cosas, si lo sintiera todo el tiempo creo que ya habría perdido su significado original.